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Consumo cultural
Entrevista a Florencia Donagaray
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Productora especializada en la creación de contenidos multiplataforma para público infantil y juvenil. Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Católica del Uruguay y Magister en Children’s TV Production por la Universidad de Salford, Inglaterra.
En Uruguay, Florencia trabajó en cine y televisión por más de una década, tanto para canales públicos como privados. Como productora ejecutiva, desarrolló y produjo las Prohibido Pensar, Superhéroes de la Física y Paleodetectives, emitidas por Televisión Nacional de Uruguay, y el juego Paleodetectives: Aventura Subterránea para Plan Ceibal.
Florencia ha generado y presentado investigaciones académicas en The Global Children’s Media Summit y The Children’s Media Conference, y ha dictado talleres sobre producción de contenidos para audiencias infantiles en la FIC - Udelar. Participó como jurado en festivales internacionales como el FAN Chile y el ComKids Brasil.
En Inglaterra, trabajó en el área de programación de CBBC, el canal para niños de 6 a 12 años de la BBC.
Actualmente trabaja para BBC Children’s and Education, produciendo juegos educativos basados en programas de enseñanza de diversas materias curriculares y destinados a diferentes edades, desde preescolares a liceales.
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1. ¿Cómo te vinculaste con el mundo del audiovisual infantil? ¿Esa podría definirse como tu esfera de trabajo?
Si, sin dudas. También agregaría contenido interactivo porque desde hace un tiempo empecé a producir juegos online y contenido digital.
Mi vínculo con el mundo de los contenidos infantiles empezó de casualidad, gracias a la serie Paleodetectives. Con Leo Lagos (director y co-guionista de Paleodetectives) ya habíamos hecho la serie Superhéroes de la Física, que apuntaba a un público mas ‘familia’, más general que el público adulto que era con que el que habíamos trabajado hasta el momento con programas como Prohibido Pensar, Los Informantes, Reporte Descomunal. Superhéroes… nos permitió conocer y disfrutar el trabajo de divulgación científica y creo que eso fue lo que de a poco plantó la semilla de querer hacer para niños y niñas. También, trabajar con el Dr. en Física Ernesto Blanco (el conductor del programa, uno de los Paleodetectives y una persona con una generosidad y vocación de divulgación infinita) nos dio la libertad de poder hacer contenidos que mostraban la ciencia desde un lugar totalmente libre. Por amor a la ciencia y a la divulgación Ernesto nos siguió la cabeza con cosas por las que otros científicos nos hubiesen dado un portazo en la cara (¡mención especial para cuando tuvo que imitar a Spiderman y “trepar” el edificio de la Facultad de Ciencias¡). Esa libertad creo que nos hizo acerca de manera orgánica a la idea de una serie para niños y niñas.
Ernesto también fue muy generoso en mostrarnos cómo se trabaja en ciencia. La ciencia es un área de trabajo muy colaborativa, donde confluyen diferentes disciplinas, y es precisamente por ese trabajo en conjunto, por sumar habilidades y miradas diferentes que surgen las preguntas más interesantes. El método científico es, en cierta forma, muy parecido a la manera en la que niños y niñas aprehenden el mundo que los rodea: haciéndose preguntas, a partir del ensayo y error, y tomando los resultados de algo como la semilla de algo nuevo que vendrá.
Y fue por ese lado que empezamos a pensar en Paleodetectives. Sumamos al Dr. en Biología Washington Jones y al Dr. en Paleontología Andrés Rinderknecht; ellos ya habían hecho trabajos de investigación junto con Ernesto y estaban súper alineados con la divulgación y dispuestos a trabajar con nosotros para encontrar la mejor manera de contar lo que queríamos contar (¡otra mención especial para cuando Washington y Andrés se disfrazaron de gliptodontes y subieron a un ring para demostrar cómo peleaban los gliptodontes!).
Pensar en contenidos de divulgación científica y haber tenido la suerte de encontrar a tres enormes y generosos científicos hizo que con Leo nos fuésemos sintiendo más libres para hacer los programas que queríamos hacer y mostrar las cosas que queríamos mostrar, y esa libertad nos fue llevando a pensar una serie infantil. La idea cada vez nos fue cerrando más, sobretodo cuando pensábamos en la falta de propuestas infantiles nacionales, el desafío de tratar de contagiar el entusiasmo por la ciencia y las ganas de poder mostrar algunos de los animales que vivieron en lo que hoy es Uruguay. El patrimonio fósil de la región es riquísimo pero aún es poco conocido porque la mayoría de los contenidos sobre dinosaurios y megafauna están hecha en Estados Unidos o Europa.
Y así fue que llegamos a hacer Paleodetectives y gracias a eso se abrió un mundo totalmente nuevo para mi. Las reacciones de los niños y niñas fueron geniales, superaron nuestras expectativas. Fue –y sigue siendo- absolutamente conmovedor ver como los episodios se usaron en escuelas, como se dispararon los pedidos de visitas al Museo Nacional de Historia Natural (donde filmamos parte de la serie), seguir enterandonos de que los programas se siguen viendo a pesar de que ya tengan algunos años. Los niños transformaron lo que hicimos en algo mucho mas rico, lo resignificaron. Y a partir de ahí me di cuenta que lo que me interesaba era producir contenidos que generaran esas cosas. Y ese es un proceso que sigo transitando hasta el día de hoy. -
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Los niños transformaron lo que hicimos en algo mucho mas rico, lo resignificaron. Y a partir de ahí me di cuenta que lo que me interesaba era producir contenidos que generaran esas cosas.
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2. ¿Cuál es la mayor dificultad de generar contenido audiovisual infantil en Uruguay? ¿A qué crees que se debe?
Creo que la principal dificultad tiene que ver con falta de respaldo y compromiso a nivel institucional, tanto en lo que refiere a la financiación de los contenidos como a los espacios de pantalla y distribución.
Si bien en los últimos años han aparecido iniciativas valiosas para tratar de fomentar la producción de contenidos infantiles (por ejemplo, el fondo de la Dinatel), la realidad es que a nivel país a muy pocos tomadores de decisiones les interesan los niños, niñas y adolescentes (NNA) como público, en consecuencia, existen pocos espacios y oportunidades para generar contenidos para ese público. En la teoría, a todos siempre les parece buenísimo y súper importante que se haga contenido para NNA, pero en la práctica el fomento y la pantalla que se les da a esos contenidos es casi nula y eso hace que el proceso de conseguir financiación y pantalla sea super extenso y sacrificando. En general, cuando se producen contenidos infantiles nacionales se trabaja a pérdida.
Hace unos años, alguien que trabaja en un medio publico se excusó por la falta de producción de contenidos infantiles impulsada desde su canal diciendo que NNA Ya no miran televisión y que no se puede competir con Netflix y YouTube. Podría escribir párrafos y párrafos argumentando porqué ese punto de vista me parece una error conceptual grande y porqué creo que es preocupante que esa mentalidad exista en quienes tiene poder de decisión sobre nuestros medios.
Analizar el caso de los canales privados en Uruguay es otro asunto mucho más complejo por tema rentabilidad y modelo de negocios (si no tienen obligación de ofrecer contenidos para NNA no lo van a hacer en la medida que eso no de ganancias), pero cuando pensamos en los medios públicos creo que no hay excusa. Si los medios públicos tienen como misión brindar programación de calidad para toda la población, ¿porqué la programación para NNA es algo secundario? Tanto en horas, como en variedad de géneros y presupuesto, la programación para NNA en Uruguay es mucho menor que la programación para adultos. Y esa diferencia es mucho mas evidente cuando miramos el origen de las producciones.
Pero además, creo que no se trata querer competir con Netflix, YouTube o con cualquier otra cadena o distribuidor de contenidos. Los NNA no ven las plataformas y los dispositivos de la misma forma en la que los vemos nosotros; para ellos, el consumo de contenido se da de forma mucho mas fluida y para nada heterodoxa. Los NNA consumen horas y horas de contenido por semana, nunca se consumió mas contenido televisivo que ahora. No producir contenido porque los NNA cada vez ven menos televisión linear es no querer aceptar que ese público existe, pero que está en otro lado. Cualquier canal hoy en día debería preocuparse por encontrar formas de conectar con ese público de una forma que se adecúe a sus hábitos de consumo y preferencias. Pensar que como los NNA cada vez miran menos televisión linear tenemos la batalla perdida es perezoso. El desafío (grande, por cierto) está en cómo distribuimos lo que creamos para que NNA nos vean en otras plataformas y cómo generamos sinergia entre la programación del canal y la oferta online.
Pienso que como país debería preocuparnos casi no producir contenidos que reflejen los problemas, las inquietudes, los sueños y las historias que nos son propias. Es cierto que hay muchísimas cosas de la infancia que son universales. Pero hay otras que no, y hay cuestiones y problemáticas que son exclusivas a la infancia y la juventud en Uruguay y los contenidos audiovisuales son una gran herramienta para abordarlas y transitarlas. Me parece que nos debemos una discusión profunda acerca del lugar que les damos a los NNA para ejercer su derecho a ser ciudadanos y ciudadanas. La falta de espacios de participación e invisibilización de la mirada infantil y juvenil en los medios es mucho más que una foto de la realidad; es un síntoma de un problema más profundo que creo tenemos como sociedad.
Y, a largo plazo, ¿por qué no pensar en generar contenidos nacionales que puedan llegar a Netflix o a otros canales? Hay muchísimos ejemplos de producciones de canales o franjas de medios públicos latinoamericanos que se venden a otros países, incluso hay ejemplos de coproducciones entre medios públicos y cadenas como Discovery Kids, o NatGeo Kids. Al no generar contenidos nacionales para NNA no sólo estamos eligiendo no considerar a esa franja de la población, sino que tampoco estamos creando oportunidades para invertir en proyectos que tienen el potencial de generar ganancias. La venta de contenidos para NNA –especialmente la animación- puede ser un negocio muy lucrativo. BBC Children´s, por ejemplo, produce contenidos pensando en su público doméstico, pero también en las ventas internacionales del contenido y de licencias, y perciben ganancias por eso. Ese dinero les permite reinvertir en hacer más y mejores productos. -
Si bien en los últimos años han aparecido iniciativas valiosas para tratar de fomentar la producción de contenidos infantiles, la realidad es que a nivel país, a muy pocos tomadores de decisiones les interesan los niños, niñas y adolescentes como público
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3. ¿Cuáles pensás que son los ingredientes que debería tener cualquier producción que pretenda conectar con el público infantil?
Creo que tiene que ser genuina. Los NNA son chicos, pero no tontos, se dan cuenta cuando alguien o algo los subestima. Hoy en día los NNA son consumidores exigentes; tienen tanta variedad y posibilidades para elegir qué ver que no van a someterse a algo que no les cope. A diferencia de nosotros, que cuando éramos chicos teníamos que mirar lo que había porque no había otra alternativa, los NNA de hoy tienen el control absoluto sobre sus preferencias y sus formas de consumo+.
Esa exigencia de los NNA a la hora de consumir no viene necesariamente desde el lado técnico o el valor de producción de un contenido: está mucho mas dada por lo que se cuenta y cómo se cuenta, por el tema que aborda, por los protagonistas, por los personajes. Hay muchísimos estudios sobre las preferencias de los NNA al momento de consumir contenido que deja claro que son públicos que valoran lo genuino, valoran los contenidos que los desafían intelectual y emocionalmente, que les presentan algo nuevo o una nueva forma de mirar algo que ya conocen.
Es interesante analizar como cada vez vemos más niños y niñas en roles protagónicos y va quedando atrás eso de tener al adulto como el conductor que guía a esos niños y niñas al lugar correcto. En ese sentido, las producciones que muestran a NNA tomando el control de una situación, ejerciendo su autonomía, pudiendo tomar decisiones, o sobreponiéndose a obstáculos también son muy bien recibidas.
Una vez escuche al realizador y productor Jan-Willem Bult decir que los buenos contenidos infantiles tienen tener cierto grado de anarquía y creo que es verdad. Que existan momentos de aparente caos (que eventualmente será controlado), de reglas que se rompen, de sorpresas, momentos en donde se cruzan barreras para así llegar a descubrir algo nuevo, es también algo que el público infantil y juvenil valora.
Mas allá de eso, cada edad y etapa de desarrollo cognitivo tiene sus desafíos y particularidades y como creadores de contenido es fundamental estudiar bien la franja etaria a la que le queremos llegar para poder hacer un contenido mas adecuado. Los preescolares se ríen de cosas distintas que los escolares, y los preadolescentes. A los preescolares no les gusta asustarse, pero a los escolares que están llegando a la preadolescencia sí. La lista de diferencias es enorme, por eso es importante tener claro qué posibilidades y restricciones tienen los diferentes públicos infantiles y juveniles y tener eso en cuenta cuando creemos contenidos para NNA. -
Fotograma de la serie infantil Gravity Falls
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4. En un escenario de hiperconsumo de pantallas y de una especie de flexibilización de la calidad por parte de los consumidores. ¿Cómo ves que se posicionan los medios para continuar siendo competitivos?
Creo que algo positivo que tuvo la situación del COVID-19 es que obligó a los productores y productoras a pensar de manera creativa. Muchísimos canales, públicos y privados, entendieron que era clave seguir produciendo para su audiencia en un momento de tanta confusión y, para algunos, angustia. Se hicieron muchas cosas que creo que son muy interesantes: desde programas de estudio que se reacomodaron para que cada conductor salga desde su casa, a producciones especiales que se desarrollaron en tiempo record para poder adaptarse a las nuevas necesidades de la audiencia. CBeebies, el canal para preescolares de la BBC lanzó una serie para fomentar el baile y el movimiento en niños menores de 6 anos que, de repente, quedaron sin sus espacios cotidianos de jugar, correr, gastar energía… The Class, una serie para adolescentes producida por el canal publico noruego, que decidió que reescribir varios episodios para poder seguir filmando y adaptarse a los protocolos de cuidados ante el COVID-19. En algunos casos, los replanteos o nuevos contenidos se hicieron con parámetros técnicos que meses atrás hubiesen sido impensados. La lista de ejemplos es larga.
Creo que lo que queda claro es que la avidez de consumir contenido está por encima del valor de producción. Las historias, las voces, la temática siempre pueden más que lo técnico, y la respuesta del publico ha demostrado que eso es así. No tengo datos de lo que paso en Uruguay, pero en casi todos los países europeos, el consumo de contenido televisivo para NNA en todas las plataformas (tanto transmisión linear como servicios de catch up o YouTube) se fue por las nubes. Los NNA querían, necesitaban ver más contenido y los canales que supieron aprovechar el momento, adaptarse a esas necesidades y brindar contenidos acordes para este tiempo fueron los que más se destacaron.
Pienso que para que medio se destaque en este escenario de saturación de contenidos la clave es encontrar una forma de resaltar entre el resto. Y creo que parte de ese destaque tiene que ver con ser rápido para reaccionar a lo que sucede, escuchar las necesidades de la audiencia y brindarles contenido que responda a esas necesidades. El caso de la pandemia del Coronavirus es un ejemplo extremo, pero lo cierto es que las audiencias siempre tienen necesidades, algunas más o menos permanentes, pero también hay lugar para que la coyuntura incida, y es importante saber detectarlas.
Curar contenido bajo cierta mirada, armar programaciones especiales, explotar al máximo las propuestas en vivo y la pertenencia social (quizás el diferencial que un medio tradicional tiene sobre otras plataformas on demand) son cosas que ayudan a destacarse del resto. Mostrar mayor humanidad o sentimiento al momento de programar contenidos, mostrar que ese medio está vivo, que es algo dinámico y que se ajusta a los tiempos que corren puede ofrecer un diferencial muy fuerte sobre los servicios on demand como Netflix que, en definitiva, son repositorios de contenido. -
Creo que lo que queda claro es que la avidez de consumir contenido está por encima del valor de producción. Las historias, las voces, la temática siempre pueden más que lo técnico
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5. En ese mismo escenario ¿Cómo crees que deben pararse los creadores?
Creo que es importante conocer mucho a la audiencia a la que nos queremos dirigir. Mirar muchos contenidos para NNA, cuestionar la subjetividad adulta desde la que estamos planteando un contenido: ¿tengo certezas de que lo que quiero contar y cómo lo quiero contar de verdad le puede interesar a un niño o quizás estoy partiendo desde una falsa certeza?
Producir para NNA tiene la particularidad de que estamos produciendo para un público al que no pertenecemos. Y lo que complejiza todavía más las cosas es que alguna vez fuimos parte de ese público, y ese recuerdo puede teñir nuestro juicio de emociones y vivencias intransferibles. Es cierto que hay parte de lo que vivimos como niños o niñas que son cosas universales, pero es importante estar atento a nuestra subjetividad y no pretender trasladar eso a un contenido que vanos a hacer sin pensar si sigue o no siendo relevante.
Hablar con el público objetivo también es clave. Que no existan recursos para hacer una investigación de mercado profesional o la falta de información cualtativa sobre las preferencias de los NNA en Uruguay es una dificultad, no hay duda, pero no debería ser un impedimento para escuchar lo que nuestro público objetivo tiene para decir de lo que estamos haciendo o queremos hacer. Se puede organizar pequeños grupos de discusión donde hagamos preguntas que nos ayuden a informar nuestro proceso creativo. Se pueden organizar pequeñas proyecciones donde mostremos algunas series de referencia o primeros cortes de nuestro trabajo y usar el feedback del público objetivo para mejorar el contenido.
Es importante tratar de hacer todo lo que podamos para asegurarnos que el proyecto que queremos hacer es realmente relevante para los NNA y no una falsa suposición desde una mirada adulta. Pensar si estamos o no incluyendo el punto de vista o la voz de los NNA también es clave. Es importante tratar de averiguar si existen otros contenidos similares al nuestro y ver cómo resolvieron tal o cual cosa. También está bueno tener el apoyo de profesionales o instituciones que puedan ayudarnos a encontrar el tono adecuado para hablar de lo que queramos hablar. Creo que los contenidos para NNA no tienen que tener temas prohibidos, pero sí es fundamental encontrar la forma de presentar ese tema de una manera apropiada y, sobre todo, constructiva. Eso es lo que hará que nuestro contenido sea relevante y valioso.
6. ¿Cuáles son los criterios que vos pensas que se deben tener en cuenta para la selección de contenidos infantiles en un medio de comunicación?
Depende de las características del medio. No es lo mismo programar para una franja que para un canal infantil, no es lo mismo programar para preescolares que para preadolescentes. Creo que las características y la estrategia de ese medio (depende, por ejemplo, si es un medio público o privado) define el tipo de respuesta.
De cualquier manera, creo que en líneas generales, es importante apuntar a tener contenidos de calidad. Por calidad no me refiero al valor de producción en sí mismo, sino a un concepto más amplio y que de hecho se discute mucho en la esfera de los creadores de contenidos infantiles a nivel internacional. La calidad en lo que respecta a contenidos para NNA tiene que ver con reconocer al público como un sujeto activo y no pasivo, con estimular la imaginación y las preguntas, con generar espacios que permitan ver cómo un personaje, o un niño o niña vive y, a partir de eso pensar como uno vive uno mismo. Tiene que ver con incentivar el autoestima, con incentivar la diversión y la convivencia pacífica, despertar el interés por el conocimiento para que ese proceso quizás pueda continuar fuera de la pantalla, mostrar personajes activos y autónomos, capaces de resolver situaciones por sí mismos pero también capaces de trabajar en equipo y pedir ayuda cuando lo necesitan.
Es cierto que es más común encontrar estas cualidades en contenidos producidos dentro de la esfera de la televisión pública, pero no es excluyente. Gravity Falls, Hora de Aventura, El fantástico mundo de Gumball por ejemplo, son series geniales que cumplen con esto que mencioné recién. 31 minutos y Zamba también. En definitiva creo que los contenidos de calidad tienen que ver con el marco teórico o la mitrada que tienen los creadores sobre la niñez y la adolescencia y el lugar desde el que se paran al momento de crear. Ver a los NNA como sujetos activos, y no seres pasivos a los que hay que enseñarles o darles conocimiento.
Me parece que cualquier medio que esté interesado en llegarle a un público infantil debería priorizar contenidos que cumplan con estas características. Al programar para televisión linear también está bueno considerar otras cuestiones (horarios, rutinas, necesidades en torno a esos horarios y rutinas). Creo que esos son complementos y diferenciales fundamentales que la televisión linear infantil puede seguir ofreciendo.